Reto módulo 1

 RETO MÓDULO 1.☺

Nerviosa pero contenta se dirigía a una entrevista de trabajo. Trabajar en esa empresa era su sueño y por fin llegó el día que tanto ansiaba.

Se abrió la puerta. 

-Puedes pasar.

Tras una breve presentación del entrevistador, una pequeña toma de contacto con los valores de la empresa, empezaron las preguntas. Experiencia en el sector, capacidades y aptitudes. 

- ¿Podrías hablarme un poco de ti?, ¿Cuál es tu formación?

- Claro! Me considero bastante profesional y eficiente. Comencé mi carrera en 2015, me gradué en Administración y Dirección de Empresas. Después realicé un máster MBA en dirección financiera y un curso de asesoría contable, laboral y fiscal. 

- ¿Por qué está interesada en trabajar aquí?

- Conozco vuestra empresa desde hace tiempo y siempre ha sido una inspiración para mi. Creo que puedo tener un impacto positivo ya que mis habilidades podrían encajar muy bien en este trabajo. Tengo experiencia en el puesto y me gustaría experimentar e implantar mis conocimientos. Conecto muy bien con las personas y tengo destreza para motivar y dinamizar los equipos de trabajo. Estoy muy entusiasmada con esta oferta porque creo que tendré la oportunidad de dar todo mi potencial.

Hasta ahí todo bien. La entrevista marchaba. Cuando parecía que acababa y que todo había salido como ella imaginaba...

- ¿Desearías tener hijos a corto plazo?

- ¿Qué importancia tiene eso? Es una entrevista de trabajo, no de preguntas personales ¿no?

El gesto del entrevistador se torció.

Cuando salió de la entrevista en la sala de espera un chico estaba sentado. Sabía que no, de hecho, no la volvieron a llamar.

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La maternidad es una experiencia maravillosa para muchas mujeres, pero también puede ser un desafío y una barrera en términos laborales. Es importante abordar la discriminación de género que enfrentan las mujeres y que las empresas tomen medidas para asegurarse de que las madres tengan igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo.

Hay que ser positivos y confiar en que la igualdad es posible. Se puede acabar con el metafórico techo de cristal si la sociedad pone de su parte, con una buena educación y que tanto las mujeres como los hombres sean tratados en función de sus logros y méritos y su trayectoria profesional, sin que pesen prejuicios de género.